AT Visions: Reflexionando en voz alta.

domingo, 27 de mayo de 2012

Reflexionando en voz alta.

Bueno, los que ya me hayan "sufrido" como "editor" en DC-AT sabrán de mi predilección por enviar respuestas... elaboradas cuando me hacen alguna pregunta.He pensado que podría ser interesante publicar aqui algunas de las reflexiones surgidas de esas conversaciones con los autores, siempre que sea posible (y no incluyan ningún "spoiler" sobre futuros relatos) Para empezar, uno de ellos me hizo una pregunta interesante: ¿como sería desde mi punto de vista el Batman perfecto? Una pregunta ardúa que llevo un par de días para digerirla y ordenar un poco mis pensamientos, de modo que el discurso fuese, al menos, comprensible. La pregunta al final no era tan genérica y estaba más centrada en otros aspectos pero me gustó reflexionar sobre el tema. Y esta fue mi conclusión:

He llegado a la conclusión (valga la redundancia) de que no existe el “Batman” perfecto. Si no, después de tantos años de historia, alguien habría dado con él y sería el canon ahora mismo. Batman es un “hijo de su tiempo”, cambia y varía según evolucionan nuestros gustos y ahí radica parte de su gran éxito. No podemos negar que el concepto en sí mismo es atractivo (un hombre normal que decide luchar por la justicia poniendo todo su empeño en ello) y sería un personaje con el que la gente fácilmente podría sentirse identificado (no debemos olvidar ese factor a la hora de crear un personaje).

En su nacimiento el personaje era eminentemente un vengador justiciero, una criatura nocturna que aparecía para impartir justicia (incluso, como ves, llegó a portar armas de fuego y disparar a los criminales) Eran tiempos duros y Batman reflejó eso. No debemos desdeñar tampoco las grandes influencias Pulp del personaje (bebiendo de personajes célebres como La Sombra y The Spider) donde no había héroes (si se les podía llamar así) eran marcadamente violentos. Rápidamente la cúpula de DC Comics, quizás viendo que un personaje así era para un público más adulto que el que acostumbraba a comprar cómics habitualmente (los niños), “endulzaron” un poco el tono con la introducción de uno de los conceptos ya clásicos del género de los superhéroes: el sidekick. Los niños quizás no se identificasen con Bruce pero podrían hacerlo fácilmente con Dick. Y Robin fue todo un éxito. El tono de las historias del personaje se volvió más “liviano” y eso se notó en el personaje: Batman comenzó a sonreír y hacer chistes con su compañero; los asesinatos fueron sustituidos por crímenes más elaborados y tramas más ligeras.

Este cambio se vio acentuado en los 50 con la implosión del mundo del cómic tras la Segunda Guerra Mundial (donde funcionaron muy bien como propaganda gubernamental) y la llegada del libro “La seducción del Inocente” de Fredric Werthman que demonizó todo el mundo del tebeo y se cebó especialmente en nuestro personaje y su relación con Dick. DC Comics hizo todo lo posible para no verse afectado y Batman se convirtió en un ciudadano modelo. Ya nunca más sería el justiciero de antes… También le hizo mucho daño el intento de trasladarle a él el relativo éxito que tenía Superman en aquella época con todo el asunto de las “historias imaginarias”, llenas de conceptos de ciencia-ficción absurdos que, aunque en Superman pudiesen ser plausibles, no pegaban para nada para nuestro Señor de la Noche. Bat-mito, el Batman de Zun-En-Arrh, la famosa historia de “Robin Dies At Dawn”… Muchos de estos conceptos que Grant Morrison ha hecho famosos proceden de esta época.
 Llegamos a 1960 y a otro hito en la historia del personaje: Batman la serie de TV. Los que la defienden aseguran que era el tipo de material que hacía falta en ese momento: America estaba metida en demasiados problemas (la guerra del Vietnam y todo eso) y la gente hubiese aceptado muy mal un producto “oscuro y tenebroso”. Batman “absorbió” toda la estética camp y pop de se momento en una serie de historias con marcada tono humorístico (ni ellos mismos se tomaban en serio) llena de clichés, en un intento de pasar a la vida real el colorido mundo del cómic. Si, sería un éxito, era lo que esa época demandaba pero ¿en que se parecía este personaje al creado por Bob Kane?

Supongo que esa sería la pregunta que se harían Dennis O’Neill y Neal Adams cuando se hicieron cargo del personaje. DC Comics en los setenta debía ser un sitio muy interesante para trabajar por aquel entonces. ¿Por qué? Porque nos encontramos en pleno desembarco de una serie de autores jóvenes que, aparte de tener una sensibilidad y estética más moderna, eran la primera generación de autores que había crecido leyendo comics y deseando hacerlos (anteriormente el cómic como tal no existía y los que llegaban… no creo que se viesen haciendo esto, vamos) Veían el cómic mucho más que como un negocio sino como una forma de expresión y de contar cosas (No podemos negar la gran creatividad que inundó aquella época…)

Dennis O’Neil y Neal Adams recuperaron un aspecto… más duro del personaje, volviendo a unas raíces donde el personaje volvía a ser más oscuro (el hecho de que Dick ya se hubiese graduado e ido a la universidad, pudiendo sacarlo de la ecuación a la hora de escribir la historia creo que facilitó todo). No solo él si no también su mundo: historias como las Cinco Venganzas el Joker nos devolvían al villano en todo su esplendor. Estas historias de O’Neil, junto a las de Archie Goodwin o Steve Englehart (que yo leí en un primer momento a traves de los clasicos de Novaro y que luego felizmente recuperamos gracias a ediciones Zinco) definieron a Batman hasta mediados de los 80.

Y llegaron los 80, la edad de Bronce del cómic y la hora de volver a redefinir el mito. Y en plena ola de deconstrucción del género Frank Miller redefinió al personaje a través de un aspecto suyo poco explotado: la obsesión. Bruce quedó traumatizado por la muerte de su padres y el autor hace hincapié en cómo eso pudo afectar su psique, mostrándonos un Bruce “al borde de la locura” y más dispuesto que nunca a llevar a cabo su cruzada personal en su genial BATMAN: THE DARK KNIGHT RETURNS. Bruce se convierte casi en una fuerza de la naturaleza, un adalid de la Justicia por encima del Sistema, rompiendo muchos moldes. Junto con Watchmen fue una de las obras más definitorias de este periodo, convirtiendo a nuestros héroes en ídolos con los pies de barro. Su éxito hizo que se le encargase a Miller el nuevo origen del personaje a través de su genial “Año Uno”, dándole la oportunidad de cerrar el círculo con su obra anterior, otorgándole más su cabe a DKR la sensación de contemplar el final del personaje.

Fijándonos estrictamente en el mundo del cómic yo tengo la impresión de que el que más ha aportado a definir el personaje estos años ha sido Grant Morrison, pero no me refiero estrictamente a su etapa a cargo del personaje. Ya en su JLA Morrison nos muestra un Batman muy diferente, que justifica su presencia entre los seres más poderosos del planeta a través de una astucia, inteligencia y una sorprendente capacidad para anticiparse a todas las situaciones que lo convierten en uno de sus mejores recursos. Todo esto se consigue gracias a una creciente paranoia insana en el personaje que terminan por controlar todo de forma maquiavélica, conspirando incluso contra sus propios aliados para obtener sus fines.(Vale, me direis que "La Torre de Babel", aventura máxima expresión de este tipo de personaje, no es de Morrison sino de Waid, pero las bases para esta aventura las sentó ya el escocés con su visión del personaje...)

¿Qué quiero decir con todo esto? Cada época ha tenido un modo de entender el mundo y Batman se adaptaba a esa visión. Cada Batman era el “perfecto” para ese momento. Pero si debemos intentar crear una versión “definitiva” deberíamos tener en cuenta de un modo u otro todas ellas. Uno de los comics dónde más he podido ser consciente de ello fue el DETECTIVE COMICS #627 donde se recopilaban las diferentes versiones que hasta ese instante se habían hecho de la historia original en la que apareció el personaje: la de 1939 por Bob Kane, una de los 60 realizada por Mike Friedirch y Bob Brown, otra de Marv Wolfman y Jim Aparo y una última por Alan Grant y Norm Breyfogle.

Y eso nos lleva a otro de los momentos “definitorios” (para mi) del personaje: BATMAN THE ANIMATED SERIES. Creada a raíz del éxito del Batman de Tim Burton, Bruce Timm consiguió una serie que, inicialmente inspirada en el film, se mostraba más fiel a los mitos del personaje y recuperaba muchos elementos clásicos, adaptándolos a una época más moderna y dándonos una de las mejores versiones del personaje en bastante tiempo. El “Timm-verso” funcionó tan bien que se extendió más allá de los mitos de Batman, afectando a Superman, la Liga de la Justicia e incluso a la “continuidad oficial”, donde Batman Beyond (spin-off sobre un Batman del Futuro) ha terminado por hacerse un hueco.

No se cual sería la versión definitiva del personaje, pero si por mi fuese, esta estaría muy cerca de la versión de la serie de TV…


1 comentario :

WilliamDarkgates dijo...

Totalmente de acuerdo contigo, Sinceramente yo diré que mi Batman es el del Tim-verso, antes de eso no me gustaba, gracias a la serie Animada de Adam West