Hace tiempo que tengo en mente la publicación de un fan-fic que sirva a modo de prólogo de todas las series DC de Action Tales. Así, leyendo ese fic, el lector sabría qué enfoque tendría cada una de nuestras colecciones y comenzar a leer aquellas que les pareciera más interesantes.
El fic se compondría de una parte dedicada a Green Lantern, otra a Batman, otra a la JLA... Y lo divertido es que cada una de esas partes vendría escrita por los autores que se encargan de esos personajes creando un peculiar popurrí de argumentos, personajes y formas de redactar. Aunque este pequeño proyecto aún sigue en el aire, ya os podemos ofrecer la parte correspondiente a Green Lantern escrita, cómo no, por Jerónimo Thompson. Él mismo nos aclara que el inicio de nuestra serie de Action Tales tiene lugar un poco después del cómic Green Lantern #170 (de la etapa de Ben Raab), incluyendo hechos como la resurrección de Kilowog, el que a John Stewart le había dejado su novia o el regreso de Kyle Rayner del espacio exterior. Únicamente obviaremos la subtrama en la que Kyle reclutaba a cinco antiguos Green Lanterns para reformar los Corps: "no lo menciono, pero supongamos que finalmente esos cinco se negaron a juntarse con él", dice Jerónimo. Ahora sí, ya podéis leer este Green Lantern #0 que enlaza con lo se cuenta en la serie regular.
Green Lantern #0
DC Starts!
Escrito por Jerónimo Thompson
Kyle Rayner estaba sentado sobre una pequeña plancha circular que flotaba a medio metro del suelo, junto a la mesa del comedor. Con expresión interrogante, estudiaba los pequeños elementos bulbosos de color marrón esparcidos por su plato, sin decidirse a probar el desayuno que le había preparado el sintetizador de alimentos.
Sin embargo, en el momento preciso en que se disponía a pinchar una de aquellas piezas con su sofisticado tenedor, fue interrumpido por la poderosa voz de Kilowog:
-Buenos días, muchacho- saludó desde la puerta.
Kyle levantó la mirada hacia su compañero Green Lantern, recibiéndole con una cálida sonrisa:
-Buenos días, Kilowog. ¿Cómo has pasado la noche?-.
-Bien, pero no he conseguido dormir más de una hora completa –contestó mientras se aproximaba a la mesa, y tomaba asiento frente a Kyle en otra de las sillas magnéticas que la rodeaban. –Creo que aún voy a necesitar un poco de tiempo para adaptarme a mi nuevo estado-.
-Tómatelo con calma. Sólo han pasado un par de días desde tu regreso del más allá –dijo Kyle removiendo su desayuno, y acercando una de aquellas cosas a su nariz para olfatearla sin mucha convicción.
-Tampoco es que me queje: el insomnio me está proporcionando un valioso número de horas extra para ponerme al día-.
Kyle asintió distraídamente mientras arrugaba la nariz y devolvía la pieza de consistencia gelatinosa al plato.
-No te imaginas la cantidad de cosas que pueden llegar a ocurrir en sólo diez años –siguió Kilowog. -¿Sabías que un grupo de científicos de Colu ha formulado una nueva teoría que integra las cuatro fuerzas elementales de la Física?-.
-Pues no... Pero parece fascinante. Creo-.
-Tengo tanta información que asimilar sobre materias tan diferentes: Historia, Ciencia, Arte...-.
-...Geografía, Espectáculos, Deportes... Una ficha completa del Trivial- concluyó Kyle.
Kilowog le miró fijamente con ojos divertidos, rompiendo pronto en sonoras carcajadas mientras palmeaba la mesa con fuerza.
-¡Me caes bien, muchacho!- afirmó el alienígena con franqueza.
Kyle alzó los hombros cómicamente, con media sonrisa dibujada en su rostro.
-¿Y tú?- preguntó Kilowog cambiando de tercio. -¿Has pensado ya lo que vas a hacer ahora?-.
La expresión de Kyle se tornó sombría con la misma rapidez con que fue realizada la pregunta.
-Más o menos, pero aún no estoy seguro. Anoche recibí una llamada de John, ¿sabes? Nada importante; ninguna situación desesperada que amenace el planeta o algo por el estilo. Simplemente charlamos un rato sobre lo que habíamos vivido cada uno durante estos últimos meses, y bueno, también me dijo que ha estado pensando en abandonar la Liga de la Justicia-.
-¿Por alguna razón en especial?-.
-No, en absoluto. Me contó que ha disfrutado mucho de su estancia en el grupo, pero que ahora necesitaba...-.
-Más tiempo para él-.
Kyle sonrió tímidamente al mover afirmativamente la cabeza.
-Algo habitual, ¿verdad? Bueno, el hecho es que acaba de cortar con su novia, y supongo que eso lo explica todo-.
-Entiendo... ¿Y te pidió que regresaras para ocupar su lugar en la Liga?-
-No, por supuesto que no. Stewart entiende las razones que me llevaron a dejar la Tierra, y nunca me forzaría a volver-.
-¿Entonces?- preguntó Kilowog abriendo los brazos con gesto interrogante.
-No sé cómo explicarlo, pero al hablar con él... Sentí cierta vergüenza por la forma en que me marché de allí; quizá porque no reaccioné con la madurez que podría haberse esperado de mí. Y por otro lado, Jade...-.
-Creo que es absurdo que te lamentes ahora por lo que hiciste entonces, Kyle. Si piensas que debes estar en la Tierra, no pierdas el tiempo torturándote con ello: limítate a volver-.
-¿Tan sencillo como eso?-.
-Tan sencillo como eso, muchacho-.
Kyle bajó de nuevo sus ojos hacia el plato, y esta vez con decisión, pinchó uno de los pedazos y se lo llevó rápidamente a la boca.
-¿Y tú Kilowog? –comenzó a preguntar mientras masticaba. -¿Vas a quedarte aquí en Oa o...?-.
Antes de llegar a concluir la frase, se detuvo en seco y escupió toda la comida sobre el plato.
-¿Pero qué mierda es ésta?- exclamó con el rostro crispado.
Sin embargo, las fuertes risotadas de Kilowog apenas le permitieron oír sus propias palabras, mientras éste se retorcía sobre la silla flotante que soportaba su peso.
-Entonces, ¿no te gustan los nematodos de Tiera?- logró pronunciar con esfuerzo el corpulento Green Lantern.
-¿Los qué?-.
-Ya sabes, los gusanos que se crían en esa bola de barro pantanosa del sector 3017- contestó aún entre carcajadas. –¿Es posible que al seleccionar tu planeta de origen en el sintetizador de alimentos marcaras "Tiera" en vez de "Tierra"?-.
-Mierda. Joder. Hostia –maldijo Kyle mientras seguía escupiendo restos de gusano masticado. –Pensaba que era algún tipo de comida hindú o española-.
-No te preocupes, muchacho. Hal cometió el mismo error durante su período de entrenamiento, y logró sobrevivir a la experiencia sin problema-.
-Bastardo...- murmuró Kyle, observándole con una mirada que prometía venganza.
-Y respondiendo a tu pregunta... Sí, me quedaré en Oa. Este es mi sitio, junto a Ganthet y el resto de Guardianes devueltos a la infancia-.
-¿Para crear con el tiempo unos nuevos Green Lantern Corps?-.
-Por supuesto- afirmó Kilowog rotundo. –El universo nos necesita-.
DC Starts!
Escrito por Jerónimo Thompson
Kyle Rayner estaba sentado sobre una pequeña plancha circular que flotaba a medio metro del suelo, junto a la mesa del comedor. Con expresión interrogante, estudiaba los pequeños elementos bulbosos de color marrón esparcidos por su plato, sin decidirse a probar el desayuno que le había preparado el sintetizador de alimentos.
Sin embargo, en el momento preciso en que se disponía a pinchar una de aquellas piezas con su sofisticado tenedor, fue interrumpido por la poderosa voz de Kilowog:
-Buenos días, muchacho- saludó desde la puerta.
Kyle levantó la mirada hacia su compañero Green Lantern, recibiéndole con una cálida sonrisa:
-Buenos días, Kilowog. ¿Cómo has pasado la noche?-.
-Bien, pero no he conseguido dormir más de una hora completa –contestó mientras se aproximaba a la mesa, y tomaba asiento frente a Kyle en otra de las sillas magnéticas que la rodeaban. –Creo que aún voy a necesitar un poco de tiempo para adaptarme a mi nuevo estado-.
-Tómatelo con calma. Sólo han pasado un par de días desde tu regreso del más allá –dijo Kyle removiendo su desayuno, y acercando una de aquellas cosas a su nariz para olfatearla sin mucha convicción.
-Tampoco es que me queje: el insomnio me está proporcionando un valioso número de horas extra para ponerme al día-.
Kyle asintió distraídamente mientras arrugaba la nariz y devolvía la pieza de consistencia gelatinosa al plato.
-No te imaginas la cantidad de cosas que pueden llegar a ocurrir en sólo diez años –siguió Kilowog. -¿Sabías que un grupo de científicos de Colu ha formulado una nueva teoría que integra las cuatro fuerzas elementales de la Física?-.
-Pues no... Pero parece fascinante. Creo-.
-Tengo tanta información que asimilar sobre materias tan diferentes: Historia, Ciencia, Arte...-.
-...Geografía, Espectáculos, Deportes... Una ficha completa del Trivial- concluyó Kyle.
Kilowog le miró fijamente con ojos divertidos, rompiendo pronto en sonoras carcajadas mientras palmeaba la mesa con fuerza.
-¡Me caes bien, muchacho!- afirmó el alienígena con franqueza.
Kyle alzó los hombros cómicamente, con media sonrisa dibujada en su rostro.
-¿Y tú?- preguntó Kilowog cambiando de tercio. -¿Has pensado ya lo que vas a hacer ahora?-.
La expresión de Kyle se tornó sombría con la misma rapidez con que fue realizada la pregunta.
-Más o menos, pero aún no estoy seguro. Anoche recibí una llamada de John, ¿sabes? Nada importante; ninguna situación desesperada que amenace el planeta o algo por el estilo. Simplemente charlamos un rato sobre lo que habíamos vivido cada uno durante estos últimos meses, y bueno, también me dijo que ha estado pensando en abandonar la Liga de la Justicia-.
-¿Por alguna razón en especial?-.
-No, en absoluto. Me contó que ha disfrutado mucho de su estancia en el grupo, pero que ahora necesitaba...-.
-Más tiempo para él-.
Kyle sonrió tímidamente al mover afirmativamente la cabeza.
-Algo habitual, ¿verdad? Bueno, el hecho es que acaba de cortar con su novia, y supongo que eso lo explica todo-.
-Entiendo... ¿Y te pidió que regresaras para ocupar su lugar en la Liga?-
-No, por supuesto que no. Stewart entiende las razones que me llevaron a dejar la Tierra, y nunca me forzaría a volver-.
-¿Entonces?- preguntó Kilowog abriendo los brazos con gesto interrogante.
-No sé cómo explicarlo, pero al hablar con él... Sentí cierta vergüenza por la forma en que me marché de allí; quizá porque no reaccioné con la madurez que podría haberse esperado de mí. Y por otro lado, Jade...-.
-Creo que es absurdo que te lamentes ahora por lo que hiciste entonces, Kyle. Si piensas que debes estar en la Tierra, no pierdas el tiempo torturándote con ello: limítate a volver-.
-¿Tan sencillo como eso?-.
-Tan sencillo como eso, muchacho-.
Kyle bajó de nuevo sus ojos hacia el plato, y esta vez con decisión, pinchó uno de los pedazos y se lo llevó rápidamente a la boca.
-¿Y tú Kilowog? –comenzó a preguntar mientras masticaba. -¿Vas a quedarte aquí en Oa o...?-.
Antes de llegar a concluir la frase, se detuvo en seco y escupió toda la comida sobre el plato.
-¿Pero qué mierda es ésta?- exclamó con el rostro crispado.
Sin embargo, las fuertes risotadas de Kilowog apenas le permitieron oír sus propias palabras, mientras éste se retorcía sobre la silla flotante que soportaba su peso.
-Entonces, ¿no te gustan los nematodos de Tiera?- logró pronunciar con esfuerzo el corpulento Green Lantern.
-¿Los qué?-.
-Ya sabes, los gusanos que se crían en esa bola de barro pantanosa del sector 3017- contestó aún entre carcajadas. –¿Es posible que al seleccionar tu planeta de origen en el sintetizador de alimentos marcaras "Tiera" en vez de "Tierra"?-.
-Mierda. Joder. Hostia –maldijo Kyle mientras seguía escupiendo restos de gusano masticado. –Pensaba que era algún tipo de comida hindú o española-.
-No te preocupes, muchacho. Hal cometió el mismo error durante su período de entrenamiento, y logró sobrevivir a la experiencia sin problema-.
-Bastardo...- murmuró Kyle, observándole con una mirada que prometía venganza.
-Y respondiendo a tu pregunta... Sí, me quedaré en Oa. Este es mi sitio, junto a Ganthet y el resto de Guardianes devueltos a la infancia-.
-¿Para crear con el tiempo unos nuevos Green Lantern Corps?-.
-Por supuesto- afirmó Kilowog rotundo. –El universo nos necesita-.
¡Continúa en Green Lantern #1!
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