AT Visions: Flash
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miércoles, 14 de mayo de 2014

Viéndolo todo thanagariano (II)

      En la primera parte de este repaso a la trayectoria del pueblo thanagariano en las páginas de Tierra-53, nos quedamos en el punto de inflexión que supuso para el Universo DC de Action Tales la conclusión de Imperio. Esta macrosaga marcó de tal manera nuestras historias, que en todas las series se puede hablar de un “antes” y un “después” de dicho evento, y para los belicosos habitantes de Thanagar no fue diferente.


      En sus apariciones en la serie de Flash y Superman, supimos de la inclinación que tenían estos alienígenas para conseguir siempre lo que quieren, cueste lo que cueste y pese a quien pese, y lo mismo eran capaces de enviar a un grupo encubierto a la Tierra para raptar a Hawkman y llevárselo de vuelta a Thanagar con objeto de estudiar su relación única con el metal Nth, que proporcionarle a éste mismo un ejército de hombres halcón para derrotar y capturar al hombre que los había traicionado: Lex Luthor.

      Sin embargo, había llegado el momento de elevar el nivel de amenaza que suponía Thanagar para el resto del universo, y con este propósito, empezamos a colocar las primeras piezas que daban a entender que se acercaba algo grande. Al comienzo del artículo anterior, ya señalamos algunos detalles, en principio sin importancia, que apuntaban en este sentido, como era el hecho de que en Green Lantern #8 se dijera que el grupo de thanagarianos que había trabajado en el Rectorado Delta, tras rechazar la invitación para formar parte del Rectorado Prima de Oa, había vuelto a su planeta natal. Pero la pista más importante que incluía ese número era un flashforward, a priori sin relación con nuestros alienígenas favoritos, en el que el Espectro (Hal Jordan, entonces) tenía una visión en la que se mostraba la Ciudadela de los Guardianes del Universo bañada en sangre.

      El siguiente paso se dio, una vez más, en la serie de Flash, y más concretamente en Flash #15, el primer capítulo de La Última Carrera de Wally West. Allí veíamos cómo un mercenario contratado por los thanagarianos trataba de eliminar a Kyle Rayner, en aquel momento (recordémoslo) el único Green Lantern activo junto con John Stewart, aunque este último llevaba meses desaparecido (la refundación del Green Lantern Corps que se daría durante la etapa de Gabriel Romero en la serie de Green Lantern aún no había comenzado). No se daban más detalles sobre este asunto, pero la duda surgía: ¿por qué enviaban los thanagarianos a un mercenario a la Tierra para acabar con Kyle Rayner, por quien nunca antes habían mostrado el menor interés? ¿Qué se traían ahora entre manos?

      Pues bien, las respuestas a estas preguntas se encontraban en la saga ¡El Ataque de los Hombres Halcón! (título entre signos de admiración para reforzar ese saborcillo a título de película de ciencia ficción de serie B) que se narró en los números 13 a 18 de Green Lantern, e incluso tuvo un epílogo en forma de Adam Strange Especial #1. En esta ambiciosa historia, los thanagarianos invadían Oa, habitada en aquel momento únicamente por Ganthet, un grupo de Guardianes del Universo aún en su infancia (la explicación para esta situación deberéis buscarla en los cómics, más concretamente en el Green Lantern v3 #150 USA) y los recién llegados científicos que ahora formaban parte del Rectorado Prima. Y por pura casualidad, también por Kyle Rayner. El motivo de esta invasión no era otro que el hacerse con la Batería Central de Oa, la cual debía proporcionarles la energía necesaria para que funcionara el proyecto más importante desarrollado en el Rectorado XII (que te recuerdo, era el Rectorado controlado por Thanagar): un mecanismo de teletransportación similar al Rayo Zeta de Rann.

      Según se contó en Green Lantern #14, los thanagarianos llevaban años tratando de culminar el desarrollo de esa tecnología de teletransportación, pero siempre topándose con el mismo escollo: las grandes cantidades de energía que necesitaban para que funcionara. Sin embargo, cuando el grupo de científicos thanagarianos que el Alto Mor había destinado al Rectorado Delta (el que voló por los aires en Calisto durante la saga Ragnarok) descubrió que tanto Oa como la Batería Central volvían a existir (una vez más, la recreación de ambas ocurrió en el Green Lantern v3 #150 USA), y apenas contaban con defensas, volvieron inmediatamente a Thanagar con la excusa de que preferían incorporarse al Rectorado XII (como ya dijimos, esta “anécdota” se contó en Green Lantern #8) e informaron de ello.

      Este fue el origen de la campaña de expansión que iniciarían los thanagarianos en la saga ¡El Ataque de los Hombres Halcón!, que les llevaría a invadir Oa, en primer lugar, y a atacar Rann a continuación para eliminar a aquéllos que contaban con otra tecnología de teletransportación (el Rayo Zeta) que podían poner al servicio de los enemigos de Thanagar.

      Sus planes estuvieron muy cerca de tener de éxito. Sin embargo, la destrucción de buena parte de la Ciudadela de los Guardianes del Universo, que provocó la muerte de todos los Guardianes infantiles, atrajo la atención del Espectro (Hal Jordan), el cual, ejerciendo de Espíritu de la Venganza, acabó con casi la totalidad de la flota militar thanagariana (tanto las fuerzas que habían invadido Oa como las que protegían Thanagar; de las que amenazaban Rann se encargaron los propios rannianos), y cerca estuvo de destruir su planeta natal. De hecho, aunque finalmente no lo hizo, las fuertes sacudidas gravitatorias a las que el Espectro sometió Thanagar causaron un gran daño sobre la superficie de este planeta. Como podéis imaginar, la destrucción de la Ciudadela explicaba la visión antes mencionada que tuvo el Espectro en Green Lantern #8.

      Y con esto enlazamos con el comienzo de la actual saga que está publicando Tierra-53 en la serie de Green Lantern, Posguerra, en la que se muestra el estado en el que se halla ahora Thanagar, unos meses después del fracaso de su campaña de expansión, mientras Kyle Rayner se ve envuelto en una misión encubierta que le llevará a la aún en reconstrucción ciudad de Thalrassa, en busca de un misterioso artefacto muy relacionado con la tecnología de teletransportación que llevó a los thanagarianos a invadir a Oa.

      La historia comenzó en Green Lantern #31 y, oh casualidad, en la actualización de mayo de Action Tales acaba de publicarse el segundo episodio de Posguerra.


      ¿No sientes curiosidad por saber qué ocurrirá ahora en nuestra bienamada Thanagar? ¿O qué pintan todos esos Manhunters que acompañan a Kilowog en la estupenda portada realizada por Roberto Cruz para el Green Lantern #32? Adelante, anímate y viaja con nosotros al tumultuoso Hawkworld...

martes, 13 de mayo de 2014

Viéndolo todo thanagariano (I)


      Thanagar, como bien deberías saber a estas alturas, es el planeta natal de una de las encarnaciones de Hawkman, Katar Hol, el cual “forma parte” de alguna manera del Hombre Halcón de Tierra-53: Carter Hall (la continuidad de este héroe es tan sumamente enrevesada, que lo mejor que puede hacerse con ella es pasar por encima de puntillas y sin hacer mucho ruido). Este planeta, cubierto de agua en su mayor parte, orbita la estrella Polaris (el sistema Polaris de nuestro universo está formado por tres estrellas de diferente magnitud, pero bueno, en los cómics sólo aparece una, así que dejémoslo estar) y es ampliamente conocido por su metal Nth (de propiedades antigravitatorias... entre otras) y la belicosidad de sus habitantes originales: los thanagarianos.

      La primera mención a Thanagar que aparece en un fanfiction de Tierra-53 tuvo lugar precisamente en el primer número que escribí para Action Tales: Green Lantern #1. Así, en el comienzo de la saga Ragnarok se presentaban los Rectorados, complejos científicos fundados por los Guardianes del Universo poco después de poner en marcha el Green Lantern Corps, con la búsqueda de conocimiento como único objetivo. De la misma forma que asignaron un Green Lantern a cada sector, los Guardianes habían establecido un Rectorado en cada uno de ellos hasta alcanzar la cifra de 3600 de estos complejos científicos (3601 para ser más exactos, pues Oa también contó con el suyo propio: el Rectorado Prima). Sin embargo, cuando Hal Jordan se convirtió en Parallax acabando con los Guardianes, el Corps e incluso Oa, los Rectorados quedaron abandonados a su propia suerte, y según se decía en Green Lantern #1, casi tres cuartas partes de ellos fueron destruidos en los dos años posteriores a la caída de Oa, y los que sobrevivieron, lo hicieron adaptándose a las nuevas circunstancias por vías diferentes; por ejemplo, aceptando el control de otros gobiernos sobre ellos, tal y como hizo el Rectorado que se encontraba en el sector dominado por Thanagar.

      En la saga Ragnarok, Kyle Rayner visitó el Rectorado Delta (situado en Calisto, la luna de Júpiter), en el cual trabajaban trescientos individuos representantes de las más diversas especies alienígenas: desde psions hasta… sí, efectivamente, thanagarianos. Esta primera saga de Green Lantern concluyó con la evacuación del Rectorado Delta poco antes de que éste volara por los aires, y aunque la mayor parte de sus residentes terminó asentándose en Oa, donde Kilowog había tratado de reactivar el Rectorado Prima, en Green Lantern #8 supimos que un pequeño grupo de ellos, cómo no, el formado por todos los thanagarianos que trabajaban en Calisto, rechazó la oferta de quedarse en Oa, y se trasladó al Rectorado controlado por Thanagar: el Rectorado XII.

      Como ya digo, tanto en Green Lantern #1 como en el #8, la presencia de Thanagar se limitó a simples menciones que iban preparando lo que estaba por venir, y de hecho, la entrada de los thanagarianos en Tierra-53 por la puerta grande no iba a tener lugar en la serie de Green Lantern, sino en la de Flash.

      La primera gran historia protagonizada (entre otros) por thanagarianos fue Utopía Perdida (Flash #3-8), en la que un grupo de ellos enviado a la Tierra por su gobierno (denominado Alto Mor) para capturar a Hawkman es ejecutado por los hombres del entonces Presidente de los EEUU, Lex Luthor. El Alto Mor de Thanagar sabía que el metal Nth había posibilitado en el pasado las numerosas reencarnaciones del príncipe Khufu y su esposa Chay-Ara, los cuales habían vivido decenas de vidas desde el Antiguo Egipto hasta nuestros días, adoptando actualmente las identidades de Hawkman y Hawkgirl. Por ello, con el propósito de descubrir el secreto de la inmortalidad de ambos héroes (recordemos que Thanagar es el único planeta que cuenta con una buena provisión de dicho mineral), este grupo encubierto de thanagarianos se ocultó en St. Roch para capturar a Carter Hall con el apoyo de Lex Luthor. Y es que a cambio de su ayuda, Luthor iba a recibir tecnología y armas de origen alienígena, además de una pequeña cantidad de metal Nth, cuyo uso propició la recreación del fallecido archienemigo de Hal Jordan: Siniestro (en Escuadrón Suicida Especial Imperio). Sin embargo, como ya decía, las cosas se torcieron y cuando la relación que mantenía con los thanagarianos amenazó con hacerse pública, Luthor ordenó la eliminación de todas las pruebas que lo vinculasen con Thanagar, incluido el grupo encubierto de St. Roch.

      Paralelamente a esta historia narrada en la serie de Flash, Lex Luthor se unió a un resucitado General Zod para conquistar la Tierra, desembocando todo el asunto en la macrosaga conocida como Imperio, y sería durante este espectacular conflicto cuando volveríamos a saber de los thanagarianos. A petición de Superman, y después de que un grupo de supervillanos enviado por Luthor destruyera la Atalaya de la Liga de la Justicia, Hawkman contactó con el Alto Mor para solicitar su ayuda contra Lex Luthor (Superman #19), y sorprendentemente, éste aceptó enviando a un ejército de hombres halcón a la Tierra; su única condición para intervenir en la contienda fue que Lex Luthor debía serle entregado para que respondiera por la ejecución del grupo encubierto de St. Roch, y de esta forma, el ejército de thanagarianos liderado por Hawkman luchó en Europa junto a las amazonas de Themyscira y los atlantes de Atlantis. Cuando todo acabó, tal y como había sido acordado, Luthor les fue entregado y trasladado a Thanagar (JLA Especial Imperio y Superman #20).

      ¿Pero acaso iba a quedarse en esto la intervención del pueblo thanagariano en las aventuras de nuestros héroes de Tierra-53? Ni muchísimo menos: la historia más ambiciosa con estos alienígenas como protagonistas aún estaba por llegar.

viernes, 5 de julio de 2013

¿La última carrera de Wally West?

Con la publicación este mes del Flash #17 se cierra un capítulo en Tierra-53. El héroe carmesí ha formado parte de nuestra familia de series durante mucho tiempo pero los tiempos cambian y, con mucho dolor por mi parte (de todos es conocida mi predilección por Wally West), deberemos adaptarnos o estaremos abocados a la desaparición.

Portada del AT Flash #17 por Roberto Cruz
Todos los autores de fanfictions tienden a querer escribir y desarrollar conceptos y personajes que protagonizaban sus comics favoritos. Los autores de DC-AT crecieron con los comics de Zinco y el Universo DC Post-Crisis por lo que, aunque conocíamos a sus antecesores, nuestro Flash fue siempre Wally West. Cierto es que su serie no fue especialmente brillante hasta la llegada de Mark Waid pero, desde ese momento y de manera indiscutible, se ganó un lugar especial en nuestro corazón. Y así se convirtió en el protagonista de nuestra serie. Pero, si a un autor de fan-fiction le gusta escribir sobre los comics que  leyó siendo más joven, los guionistas de comics no son muy diferentes y hemos visto cómo en los últimos diez años se han producido un movimiento en DC recuperando personajes y conceptos propios de los cómics pre-Crisis, todo ello capitaneado por Geoff Johns. Este autor, que tan bien supo reflejar todo el tema del legado generacional dentro de su serie JSA, también es el responsable de "deshacer" parte del camino andado en esa dirección por parte de DC en los 90 trayendo de vuelta a muchos personajes hasta entonces desaparecidos. Cierto es que convertir en villano a Hal Jordan no creo que fuese una decisión muy acertada por parte de DC para poder luego introducir un nuevo personaje (Kyle Rayner), sobre todo con un concepto como el del Green Lantern Corps con cientos de posible reclutas, pero no estamos aqui hoy para hablar de Green Lantern. Hoy hemos venido a hablar de Flash.

Con la publicación en abril del 2009 del número 1 de Flash Rebirth comenzó la campaña de "casi-obsolescencia" por parte de DC contra Wally West, quien fue relegado al ostracismo en favor de su antiguo mentor, todo ello acentuado por su eliminación de la continuidad tras el evento Flashpoint. Wally terminó relagado únicamente a la también ya obsoleta serie de animación Young Justice donde recuperaba su antigua posición de "compañero" (sidekick). De este modo, durante los últimos cuatro años los lectores sólo han conocido a Barry Allen por lo que es/será inevitable que en DC-AT terminemos por recibir propuestas protagonizadas por él.

Como editor de la línea DC-AT ¿que podía hacer? De hecho en este tiempo había recibido alguna propuesta pero no sentía que alguna hiciese justicia al personaje, tanto a Barry como a Wally. Y el hecho de que la serie de Wally llevase estancada tanto tiempo en medio de una aventura inconclusa tras la desaparición de su autor anterior tampoco ayudaba. Parecía imposible encontrar a alguien dispuesto a cerrar las tramas abiertas con un personaje que ya no parecía tener interés para nadie.

Así que, del mismo modo que en DC-AT hicimos nuestra versión de Green Lantern Rebirth durante el final de la saga El Ataque los Hombres Halcón, en Flash teníamos que hacer lo mismo. Y éste fue el germen de lo que hemos llamado La última carrera de Wally West, una historia que no sólo terminase trayendo de vuelta a Allen sino que diese un más digno cierre (espero que en falso) de la etapa de Wally como Velocista Escarlata del que le dieron de manera oficial. Teniendo muy presente que quería utilizar personajes y conceptos ya aparecidos en la serie anteriormente (para darle una mayor sensación de que estamos terminando una etapa) pude contar con la inestimable colaboración de Jerónimo Thompson, antiguo colaborador de nuestro proyecto cuyo trabajo estuvo muy vinculado con la trayectoria de la serie. De hecho, no sólo es el autor del excelente primer número de la misma sino que fue el co-creador de nuestra principal saga con el personaje: Utopia Perdida. Ya que nuestro Zoom era tan diferente del personaje oficial DC ¿quien mejor que su creador para ayudarme a conocerlo y tratarlo como se merece?

Portada de Juan Andres Campos
para la saga Utopia Perdida
Y es que utilizar los clásicos clichés con este personaje habría sido un completo error. En palabras del propio Jerónimo: "yo lo definiría como un Wally West que lo consiguió todo, pero al que el paso del tiempo, por culpa de una casi inmortalidad indeseada terminó por derrotar: sin Linda, sin familia que le apoye, sin villanos ni retos que afrontar por culpa de un mundo perfecto que él mismo ayudó a construir, solo consigo mismo y una percepción temporal que le hace arrastrarse por la vida, finalmente se rompe y se obsesiona con un único deseo: recuperar todo lo que ha perdido. No se ha convertido en un villano, nunca actuará con innecesaria crueldad, pero su obsesión le llevará a hacer lo que tenga que hacer para recuperar su vida, y si eso supone matar a su yo del pasado (en una línea temporal ahora divergente, claro), pues lo hará sin dudarlo." ( Nota del autor: Si después de leer esto no te dan ganas de leerte Utopia Perdida es que no te queda sangre en las venas.) Con su ayuda y guía logré darle el enfoque que la historia necesitaba, dando un "punto y final" a esta historia y, en conjunto, a todo la etapa. Espero que disfrutéis del resultado.

Bueno, pero diréis ¿Y respecto a Barry Allen que habéis hecho?.Traer de la muerte a un personaje siempre es controvertido (y sobre todo con una muerte tan especial como la suya) pero me temo que no puedo desvelaros nada, remitiéndoos a leer la saga para conocer los detalles. La teoría que expongo se que no es perfecta (dejo algún cabo sin atar) pero el resultado es interesante y descubrirá algunas cosas a los fans; creo que el camino que hemos tomado es mucho más "continuista" con la situación que tenía el personaje originalmente que la han tomado en DC Comics, teniendo en cuenta todo lo que ha ocurrido desde su última aparición y las consecuencias que todo ello ha conllevado. El resultado quizás sea un personaje algo diferente del de los comics oficiales pero creo que hemos abierto un abanico de posibilidades enormes para su desarrollo.

Y quizás ese sea el mayor fallo que le pueda encontrar a toda la saga, su falta de concreción al final de la misma. Pero mi objetivo nunca fue contar las nuevas aventuras de Flash: yo sólo quería hacer era "limpieza", reordenar las piezas en el tablero y dejarlo todo preparado para que un nuevo autor pueda hacerse cargo de la serie sin ningún tipo de lastre. No niego que tengo mis propias preferencias, cosas que me gustaría ver en la serie, como que Wally siguiese siendo el protagonista o que, en caso de dejar el testigo a Barry, que este "permaneciese" en el anonimato un tiempo fingiendo ser Wally (como el propio Wally hizo en sus comienzos como Flash, fingiendo ser Barry) mientras se "pone en forma" y aprende todos los trucos nuevos que Flash ha desarrollado con los años: el maestro viviendo a la sombra del alumno, aunque resultase paradójico... Pero esa historia, de momento, no la escribiré yo. Dejo aqui la puerta abierta para que nuevos autores sean los que se atrevan a hacerlo.


Y que la Cadena del Relámpago continúe...

por Roberto Cruz